22 abr 2010

MAS RESPETO A LAS MAYORES POR FAVOR!!!


Ayer recibí un correo que me dejó muy sorprendida. Un chico llamado Fabio me escribió para contarme su experiencia a propósito de uno de mis post: La Crisis de las Treintañeras las de Veinte lo Desean. Y aunque tuve que cortar algunas partes algo pasadas de tono, me atreví a publicar su relato. Espero les enseñe o les entretenga.

“Para mi toda mujer es hermosa, sobre todo Victoria, que es de aquellas que dejan huella. La conocí cuando aún era soltera, ella 22 y yo 17. Duramos 6 meses pues ella se fue a estudiar fuera. Pasaron los años, ella se casó, la vi luego con una barrigota enorme, hermosa como siempre, nos saludábamos con mucho cariño.  Ella tuvo a su hija, luego embaracé a mi novia y nos fuimos a vivir juntos lejos de la ciudad. De vez en cuando visitaba a mis amigos que dejé en mi adolescencia y a veces me la encontraba. La última vez que la vi, fue en una inspección que hacía en la zona donde ella vivía y allí estaba, un poco más gorda, me imaginaba yo por su edad-yo aún no pisaba los treinta- pero cuando le vi el brillo de sus ojos y la hermosa sonrisa, sentí que me había enamorado de nuevo. Gracias a Facebook  nos comunicamos de nuevo y después de cuadrar varias citas fallidas, fue justo ayer que logramos vernos. Se estaba divorciando, había bajado como 10 kilos y estaba allí, esperándome tranquila, como una artista de cine, lentes oscuros, vestido negro y sus piernas sobre salientes. Me detuve a mirarla de lejos y veía cómo los hombres de cualquier edad la miraban y le decían cosas. Me dieron unos celos enormes. Me acordé de mi padre que me decía, que todo hombre  en la vida tenía que estar aunque sea una vez con tres tipos de mujeres: una pelirroja, una mujer de treinta y una prostituta.

Se montó en el carro: - Estas preciosa! Se lo dije sin tapujos y me clavó sus ojos café que me hicieron marear. Hablamos un rato mientras llegábamos al sitio actualizando los pormenores de nuestra vida. Iba a ser algo rápido pues ella tenía compromisos. Una noche antes me imaginé el encuentro, pensaba en que quizá su cuerpo no era el mismo y sólo me enfoque en que tenía que hacérselo por la experiencia que me decía papá, “esas tipas te pueden enseñar mucho” Pero nada fue como me imaginé, Victoria tenía todo en su sitio, no deje de alabarle su cuerpo: “mis senos no son los mismos, di pecho durante un año” “No me importa-le dije-son hermosos” Así cada una de las partes de su cuerpo que había dejado hace casi diez años los iba reconociendo, su cintura, su espalda con esa suavidad que se quedó para siempre, no hallaba donde agarrarla, no sabía por dónde empezar, olía rico y ella me beso: “Tu boca sabe igual, Fabio… tu si estas bello, chico”- y me empujó hacia la cama. Estaba excitada pero serena como si quisiera creerse lo que estaba pasando, digerirlo con calma, en cambio yo quería hacerla añicos. Tuvimos sexo y me corrí enseguida dos veces, era demasiado fuerte su energía,  juro que no se siente igual, ella era una mezcla de sabiduría, con mujer entera  y entrega absoluta.  Sus piernas me asustaban, sus glúteos eran piedras, sus muslos dinosaurios su entrepierna una cueva caliente en donde te quieres quedar para siempre. Descansamos y volvimos a ver si resistía, me moría por escucharla llegar… luego de tantos minutos de gemidos, suspiros, palabras al oído, poses,  ella tuvo un orgasmo. Fue una experiencia desorbitante, ella temblaba, pensé que mi miembro había quedado secuestrado y que no podría más nunca salir de ahí, después lo soltó aflojando sus músculos que seguían temblando y luego llegué yo, primera vez que gemía en mi vida, me dio vergüenza, pero a ella le encantó. Se me bajó la tensión y mareado me  acosté sobre ella que aún respiraba como si hubiera salido debajo del agua luego de estar 10 minutos aguantando la respiración.

Lamenté esa tarde haberla dejado ir hace diez años, “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” fue lo más inteligente que pude decirle “- “Tranquilo, cielito, siempre seré tu pana, aquí estamos pa´lo que sea”- me respondió- iba tranquila tongoneándose con su trasero delante de mí, como si no hubiera pasado nada, como si no le afectara, como si lo que vi fue producto de la posesión de un espíritu y ahora era una chica normal, que sé  que no me llamará, no me pedirá que vuelva con ella, ¿estará ahí para mí y cuando yo la busque o quizá no?. Así son. No podría ser mejor. La dejé donde me dijo, cerca de la estación se despidió con ojos de agradecimiento y se fue”

Este relato me hace reflexionar varias cosas:

Todas llegaremos a esa edad y les prometo que no es traumático

Todas nos “sentimos” dueñas del mundo a los 20, pero  a los 30 no lo sentimos, lo “somos”

Todos los jóvenes desean tener “una” alguna vez, así que no tiene que ser cliché estar con tipos mayores, habrán un espacio para esos jóvenes hermosos que necesitan de nuestra experiencia y nosotros de su vitalidad.

No subestimen una mujer  por ser más vieja que ustedes. Inclusive yo con 33 me quito el sombrero con las de 40… y me muero por llegar allí.

No se queden solamente con lo físico a los 20 años- es una edad muy cómoda- También cultiven su sabiduría para que cuando lleguen a los 30, tengan además de belleza, inteligencia, sino van a tener que trabajar duro a los 40 y no les quedará otro remedio que ser esclava del bisturí y del gimnasio “pues a una vieja bruta y vacía, no le queda de otra”. 

Y bueno, deseo que Fabio y Vicky tengan muchos encuentros así y aunque sigo pensando que esas relaciones tienen su tiempo limitado por la brecha generacional, hay que disfrutarlas al máximo.

3 Comentar es Gratis:

Wizardzito dijo...

Toda mujer merece nuestro respeto, no sólo las mayores, son lo mejor que se ha puesto en el planeta tierra, como lo dice Ricardo Arjona en alguna de sus canciones. Si las tratamos con respeto, honestidad, si las veneramos cual diosas que son nos pueden regalar experiencias tan inolvidables como la posteada anteriormente.

Un saludo a todas las mujeres, mayores, jóvenes, pero sobre todo a las sublimes principalmente a la autora de este blog. ;)

Alberto Lovera dijo...

Como dije en otra parte:
"Así como quien compra una lancha tiene tres días felices: el día que la compra, el día que la vende y el día que se la pide prestada a quien se la compró, toda relación desdichada también tiene tres días felices: el día que comienzan, el día que terminan y el día que se hacen amigos con derecho".
Poseidón

Bolívar el Malo dijo...

Este ha sido el gran tubazo de artículo mejor publicado, no lo se pero siento que las mujeres de 20 años no compaginan conmigo ya que lo de ellas (la mayoría) es pura rumba, caña, superficialidad, y muy pocas son las que tienen un contenido bastante profundo y adecuado como para yo tener una conversación de calidad, las mujeres mayores de tu edad para arriba son las que más me comprenden y la verdad no se si esperar que estas chicas desatadas de ahora de 20 años lleguen a los 30 y maduren algo para poder tener relacion sentimental con estas mujeres o tener que enredarme con una mujer de 28 años en adelante para adquirir experiencia en muchas cosas (no solo sexo, tambien sabiduría), hasta luego y que estes bien.

22 abr 2010

MAS RESPETO A LAS MAYORES POR FAVOR!!!


Ayer recibí un correo que me dejó muy sorprendida. Un chico llamado Fabio me escribió para contarme su experiencia a propósito de uno de mis post: La Crisis de las Treintañeras las de Veinte lo Desean. Y aunque tuve que cortar algunas partes algo pasadas de tono, me atreví a publicar su relato. Espero les enseñe o les entretenga.

“Para mi toda mujer es hermosa, sobre todo Victoria, que es de aquellas que dejan huella. La conocí cuando aún era soltera, ella 22 y yo 17. Duramos 6 meses pues ella se fue a estudiar fuera. Pasaron los años, ella se casó, la vi luego con una barrigota enorme, hermosa como siempre, nos saludábamos con mucho cariño.  Ella tuvo a su hija, luego embaracé a mi novia y nos fuimos a vivir juntos lejos de la ciudad. De vez en cuando visitaba a mis amigos que dejé en mi adolescencia y a veces me la encontraba. La última vez que la vi, fue en una inspección que hacía en la zona donde ella vivía y allí estaba, un poco más gorda, me imaginaba yo por su edad-yo aún no pisaba los treinta- pero cuando le vi el brillo de sus ojos y la hermosa sonrisa, sentí que me había enamorado de nuevo. Gracias a Facebook  nos comunicamos de nuevo y después de cuadrar varias citas fallidas, fue justo ayer que logramos vernos. Se estaba divorciando, había bajado como 10 kilos y estaba allí, esperándome tranquila, como una artista de cine, lentes oscuros, vestido negro y sus piernas sobre salientes. Me detuve a mirarla de lejos y veía cómo los hombres de cualquier edad la miraban y le decían cosas. Me dieron unos celos enormes. Me acordé de mi padre que me decía, que todo hombre  en la vida tenía que estar aunque sea una vez con tres tipos de mujeres: una pelirroja, una mujer de treinta y una prostituta.

Se montó en el carro: - Estas preciosa! Se lo dije sin tapujos y me clavó sus ojos café que me hicieron marear. Hablamos un rato mientras llegábamos al sitio actualizando los pormenores de nuestra vida. Iba a ser algo rápido pues ella tenía compromisos. Una noche antes me imaginé el encuentro, pensaba en que quizá su cuerpo no era el mismo y sólo me enfoque en que tenía que hacérselo por la experiencia que me decía papá, “esas tipas te pueden enseñar mucho” Pero nada fue como me imaginé, Victoria tenía todo en su sitio, no deje de alabarle su cuerpo: “mis senos no son los mismos, di pecho durante un año” “No me importa-le dije-son hermosos” Así cada una de las partes de su cuerpo que había dejado hace casi diez años los iba reconociendo, su cintura, su espalda con esa suavidad que se quedó para siempre, no hallaba donde agarrarla, no sabía por dónde empezar, olía rico y ella me beso: “Tu boca sabe igual, Fabio… tu si estas bello, chico”- y me empujó hacia la cama. Estaba excitada pero serena como si quisiera creerse lo que estaba pasando, digerirlo con calma, en cambio yo quería hacerla añicos. Tuvimos sexo y me corrí enseguida dos veces, era demasiado fuerte su energía,  juro que no se siente igual, ella era una mezcla de sabiduría, con mujer entera  y entrega absoluta.  Sus piernas me asustaban, sus glúteos eran piedras, sus muslos dinosaurios su entrepierna una cueva caliente en donde te quieres quedar para siempre. Descansamos y volvimos a ver si resistía, me moría por escucharla llegar… luego de tantos minutos de gemidos, suspiros, palabras al oído, poses,  ella tuvo un orgasmo. Fue una experiencia desorbitante, ella temblaba, pensé que mi miembro había quedado secuestrado y que no podría más nunca salir de ahí, después lo soltó aflojando sus músculos que seguían temblando y luego llegué yo, primera vez que gemía en mi vida, me dio vergüenza, pero a ella le encantó. Se me bajó la tensión y mareado me  acosté sobre ella que aún respiraba como si hubiera salido debajo del agua luego de estar 10 minutos aguantando la respiración.

Lamenté esa tarde haberla dejado ir hace diez años, “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde” fue lo más inteligente que pude decirle “- “Tranquilo, cielito, siempre seré tu pana, aquí estamos pa´lo que sea”- me respondió- iba tranquila tongoneándose con su trasero delante de mí, como si no hubiera pasado nada, como si no le afectara, como si lo que vi fue producto de la posesión de un espíritu y ahora era una chica normal, que sé  que no me llamará, no me pedirá que vuelva con ella, ¿estará ahí para mí y cuando yo la busque o quizá no?. Así son. No podría ser mejor. La dejé donde me dijo, cerca de la estación se despidió con ojos de agradecimiento y se fue”

Este relato me hace reflexionar varias cosas:

Todas llegaremos a esa edad y les prometo que no es traumático

Todas nos “sentimos” dueñas del mundo a los 20, pero  a los 30 no lo sentimos, lo “somos”

Todos los jóvenes desean tener “una” alguna vez, así que no tiene que ser cliché estar con tipos mayores, habrán un espacio para esos jóvenes hermosos que necesitan de nuestra experiencia y nosotros de su vitalidad.

No subestimen una mujer  por ser más vieja que ustedes. Inclusive yo con 33 me quito el sombrero con las de 40… y me muero por llegar allí.

No se queden solamente con lo físico a los 20 años- es una edad muy cómoda- También cultiven su sabiduría para que cuando lleguen a los 30, tengan además de belleza, inteligencia, sino van a tener que trabajar duro a los 40 y no les quedará otro remedio que ser esclava del bisturí y del gimnasio “pues a una vieja bruta y vacía, no le queda de otra”. 

Y bueno, deseo que Fabio y Vicky tengan muchos encuentros así y aunque sigo pensando que esas relaciones tienen su tiempo limitado por la brecha generacional, hay que disfrutarlas al máximo.

3 comentarios:

Wizardzito dijo...

Toda mujer merece nuestro respeto, no sólo las mayores, son lo mejor que se ha puesto en el planeta tierra, como lo dice Ricardo Arjona en alguna de sus canciones. Si las tratamos con respeto, honestidad, si las veneramos cual diosas que son nos pueden regalar experiencias tan inolvidables como la posteada anteriormente.

Un saludo a todas las mujeres, mayores, jóvenes, pero sobre todo a las sublimes principalmente a la autora de este blog. ;)

Alberto Lovera dijo...

Como dije en otra parte:
"Así como quien compra una lancha tiene tres días felices: el día que la compra, el día que la vende y el día que se la pide prestada a quien se la compró, toda relación desdichada también tiene tres días felices: el día que comienzan, el día que terminan y el día que se hacen amigos con derecho".
Poseidón

Bolívar el Malo dijo...

Este ha sido el gran tubazo de artículo mejor publicado, no lo se pero siento que las mujeres de 20 años no compaginan conmigo ya que lo de ellas (la mayoría) es pura rumba, caña, superficialidad, y muy pocas son las que tienen un contenido bastante profundo y adecuado como para yo tener una conversación de calidad, las mujeres mayores de tu edad para arriba son las que más me comprenden y la verdad no se si esperar que estas chicas desatadas de ahora de 20 años lleguen a los 30 y maduren algo para poder tener relacion sentimental con estas mujeres o tener que enredarme con una mujer de 28 años en adelante para adquirir experiencia en muchas cosas (no solo sexo, tambien sabiduría), hasta luego y que estes bien.